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miércoles, 16 de abril de 2014

SECCIÓN “CON LOS PIES EN LA TIERRA …..” VIRGINIA ALONSO, SILVINA MAS, MARIANA RODRIGUEZ LAGOA Y MELISA VÁZQUEZ: "LOMAS ES NUESTRA CASA" SOSTIENEN EMOCIONADAS

(Producción HAP)
En la temporada anterior el equipo de Lomas Athletic “D” consiguió el ascenso de categoría al vencer en forma agónica a San Marcos con gol de oro (tras vencer en el tiempo reglamentario por 4 a 3, mientras que en el encuentro de ida las “santas” se habían impuesto 1 a 0). Justamente en ese equipo se encuentran la experimentadas Silvina Mas, Mariana Rodríguez Lagoa, Melisa Vázquez y Virginia Alonso, quienes nos cuentan sus impresiones por el objetivo conseguido y dan sus puntos de vista respecto de diversos temas.  

Periodista: ¿Qué sintieron cuando lograron el objetivo?

Silvina Mas: “Fue exactamente igual para mí que el haber logrado otros objetivos hace unos años. Me demostré a mí misma que no había una letra que me marcara. Jugué toda la vida en Lomas “A” y ahora al haber jugado en Loma “D” la sensación fue totalmente igual. No me cambió absolutamente nada. Quizás el ser más grande y experimentada, hizo que se valore distinto el esfuerzo que hacían las más grandes y con el esfuerzo que hacían las más chicas en aceptar lo poco que hemos entrenado. Posiblemente fue una satisfacción doble respecto de otros momentos porque siento que los esfuerzos fueron más grandes por todo lo que acabo de decir”.

Mariana Rodríguez Lagoa: La final para mí fue soñada. Es de película, no fue real ganar en el último segundo con gol de oro después de ir casi todo el partido perdiendo. Fue soñado. Terminó el partido y vinieron todos nuestros hijos. Estar rodeado de todos los nenes fue increíble. Yo había ascendido ya una vez en el ‘94 que era otra realidad dado que fue un torneo largo, con lo cual habíamos ascendido porque habían alcanzado los puntos. Por eso, es distinto, ahora con los play off jugás con la presión en el momento. Genial. Para cerrar un año ideal”.

Melisa Vázquez: Estoy muy de acuerdo con lo que decían Mariana y Silvina. Fue un año bárbaro. Es un esfuerzo familiar porque muchas veces los maridos tienen que llegar a horario para que podamos salir y es una movida realmente importante. A diferencia de haber jugado en la “A”, lo que me gustó mucho fue que mis hijas pudieran disfrutar de lo que yo disfruté. Como decía Mariana, la sensación de haber ganado de la manera que ganamos fue espectacular. En un momento en primera “A” ganamos campeonatos más de una vez, pero esta sensación es distinta. No sé si es porque una es más grande o porque nos costó más. La verdad que tuvo un sabor hermoso cuando terminamos y estaban todos los chicos ahí. Fue ideal. Estamos muy contentas”.

Virginia Alonso: Al principio cuando decidimos ‘volver’ estaba muy contenta porque volvía con muchas de las chicas con las que ya había jugado y compartido muchas cosas. Fue gradual. Empezamos a movernos un poco para entrenar y no pensábamos en jugar. Pero después, Leo  (Mas) empezó a meter mentalidad para que juguemos. La duda nuestra era como lo podía recibir el grupo y fue increíble la apertura que tuvieron y lo cómoda que nos hicieron sentir. No es fácil para el resto cuando están viniendo tres veces por semana. Ellas tienen otra edad y otras prioridades y es difícil que siendo más chicos entiendan las prioridades de los más grandes. Pero la verdad que es para sacarse el sombrero la apertura que tuvo el equipo. Con ésto nos comprometieron a tener que matarnos porque no podíamos defraudar esa confianza y apertura que nos brindaron. No podíamos hacer poco y no podíamos fallar. Lo sentí como jugando la final de Polvorines en el 2008 y la final del 2006. Lo sentí igual que esas finales pero con la alegría de haber ganado con un gol de oro que no me había pasado nunca. La verdad que es muy lindo”.

Cuando las consultamos acerca de las diferencias grandes que encuentran entre lo que vivieron cuando jugaban en la A y lo que consiguieron en esta categoría del ascenso, todas coinciden en el tema del arbitraje. Y también comentan …..

Mariana: “Es patético porque hay gente que nunca en su vida jugó al hockey y no saben las reglas. Yo lo que sentí es que a jugadoras que tienen mucho la pelota, una calidad increíble y son muy finas para jugar, se les complica para jugar y no pueden jugar porque les hacen ‘faltas’ permanentes. Una falta no te la cobran, la otra tampoco y lo lamento por la contraria que no tiene la culpa, pero la querés pisar porque no te lo cobran ja”.

Silvina: “Yo me sorprendí positivamente porque encontramos equipos que para mí son equipazos y en la ‘A’ no podrían jugar por un tema de ritmo, pero en la ‘B’ seguramente sí lo podrían hacer. Todos los equipos intentan jugar pero ojo que agarrás muchos equipos ‘B como Quilmes Athletic ‘B’ y Banco Provincia ‘B’ que la verdad hace bien las cosas. A mí me gustaron la mayoría de los equipos”.

Mariana: “Estaba bueno que varios tenían diferentes estilos y planteos y en los partidos que tenías que pensar tácticas diferentes”.

Virginia: “No se da más como era antes que un equipo le pegue para adelante y no la pueda parar. Ahora todos tienen un sistema de juego, todas las jugadoras del equipo tocan la pelota y la hacen circular. Eso tiene que ver con el crecimiento del hockey”.

Melisa: “Por lo menos a mí me resultó más complejo de jugar con tres en el fondo porque nosotras somos de otra generación y jugábamos con cuatro defensoras y nos querían hacer entender que todos los equipos jugaban de tres. Posiblemente esa fue una de las cosas que más me costó por estar acostumbrada a otro sistema de juego. Entre el arbitraje y el sistema hicieron que me costara un poco adaptarme a este sistema de juego”.


Periodista: Acostumbradas a jugar en la “A” con un estilo de juego distinto ¿Fueron viendo durante el torneo que tenían posibilidades interesantes o lo fueron planteando? ¿Cómo se fue dando el año?

Virginia: “Leo desde el primer partido que dirigió dijo que quería salir campeón. Yo lo escuchaba y pensaba ‘bueno, es su deseo’. Miraba a las chicas y pensaba si podían llegar a saber realmente lo que nos estaba diciendo. Inclusive llegué a dudar si Leo sabía lo que estaba pidiendo jajaja. Cuando terminó el primer partido que jugué, no me podía mover y las chicas todavía casi no habían arrancado (ja). Fueron pasando los partidos y Leo fue metiendo de a poco el discurso y un nivel de exigencia que me hacía preguntar si en serio estaba aspirando a salir campeón (ja). Pero hasta que me lo hizo creer porque fuimos creciendo en el sistema de juego. Si bien nos costó, pudimos adaptarnos al sistema de juego. En mi caso volví a la zona del medio, a ser una volante. Creo que corrí más que cuando jugaba en la “A” jajaja, por el puesto que me tocó. Eso lo disfruté muchísimo. Hacía mucho que no tenía esos partidos con tanto desgaste físico. Cuando jugaba abajo tenía un desgaste pero no sentía que iba al extremo. La verdad que eso lo disfruté un montón y fue parte de la convicción de Leo (Mas) y de la mentalidad de Silvina (Mas) que va para adelante como un camión y que no quiere perder ni a la bolita. Eso te va contagiando y te va haciendo creer que vas teniendo posibilidades cuando ves que el juego se está empezando a armar y que los resultados se van dando. Incluso, cuando los resultados no se daban, nos daba bronca y decíamos ahora queremos ganar”.

Silvina: Jugábamos sin arquera porque nuestra arquera era una jugadora de la Intermedia que gentilmente ocupaba el puesto. Por eso, nos empezó a pasar que los partidos que podíamos ganar bien lo ganábamos pero cuando nos tocaba uno de los de arriba, perdíamos porque al arco te llegaban. Ahí yo sentí que se nos venía abajo todo, teníamos un buen equipo pero sin arquera no podíamos jugar. De repente estábamos primeras y motivadas pero cuando empatábamos o perdíamos bajábamos bastante en el ranking”.

Virginia: “A veces eso nos hacía tener más ganas …..” .

Periodista: ¿Hubo algún rival ‘distinto’? ¿alguno que les haya costado más o que encontraron realizaban un trabajo diferente que los demás en la categoría?

Mariana: “Hubo dos rivales,  Vilo “A” y BACRC “B”. Fueron rivales que te dabas cuenta que intentaban jugar al hockey y tenían jugadoras que entendían mucho más el juego, además con BACRC fue un partido “retro” de hace unos años porque muchas jugadoras estuvieron en la A. Esos dos partidos fueron así”.

Periodista: Ustedes tienen toda una familia conformada, un ritmo de vida distinto y vuestros hijos que dependen de ustedes porque son aún chicos ¿Era complicada la semana?

Melisa: “Una de las cosas por las cuales yo volví era por el tema del horario (19 a 21), me favorecía eso aunque alguno de los lunes, miércoles y viernes se me dificultaba venir. Por eso había hablado con Leo que si retomaba podía cumplir los viernes nada más en ese horario y le pregunté si le servía. Además le dije que quería jugar y no me importaba si era en Intermedia, la realidad es que quería jugar para hacer algo yo. Después lo fuimos acomodando. Para mí el horario fue fundamental. Venía siempre con mi hija Pilar y como estaban los demás chicos también ella nunca se quiso quedar en mi casa y siempre quiso venir al club”.

Periodista: ¿Se dan cuenta de la ‘escuela’ que están haciendo?

Silvina: Ojalá lo puedan tomar porque vieron situaciones de todo tipo. Un día mi hija más chica vio que lo expulsaron a mi hermano Leo y lloraba diciendo que la árbitro era mala porque lo saco al tío ja. Pensá que los chicos entraban a la cancha y estaban presentes en la charla previa al partido, la hacían con nosotras en el medio del grupo y ellos gritaban ‘¡vamos Lomas!’ con nosotras. La semana complica mucho pero facilitó el horario y el tema de los viernes. A mí me cerraba bien que mi marido trabaja acá los viernes. Entonces, veníamos todos acá, terminábamos, nos bañábamos, cenábamos juntos y nos íbamos aunque el sábado todos nos levantábamos de vuelta a las 6 de la mañana y arrancaba uno para un lado y otro para el otro”.

Virgina:Lo malo del viernes es que hay muy mucha distancia entre el partido y el siguiente entrenamiento. Lo bueno, es que vengo más relajada porque le dejo los tres chicos a mi marido y no me ocupo de lo que comen o si se bañan porque es viernes. En cambio, un miércoles tienen que cenar temprano, bañarse y acostarse temprano. Toda esa rutina la teníamos incorporada. Después, con el correr del año, pudimos empezar a venir algunos los miércoles, especialmente sobre el final Leo nos pidió que viniéramos más días las últimas semanas. Con esa prueba me di cuenta que los chicos también adquieren una rutina, pueden hacerla y yo puedo venir tranquila porque ellos se van a acostar temprano igual. A veces, lo que nos pesa a las mamás es alterarle a los chicos una rutina por nuestra pasión de venir a jugar al hockey”.

Mariana: “Yo nunca dejé de jugar, siempre tuve a los chicos pero seguí jugando. Tengo la suerte de que mi marido es casi como una mamá, se los dejo y él se arregla. A él le toca martes y jueves porque juega al fútbol con sus amigos y a mí me toca lunes, miércoles y viernes. También, es importante que el marido tenga buena predisposición porque si no fuera así no hay posibilidades de hacerlo. Él me iba avisando cuando le faltaban cinco minutos para llegar a casa así yo podía salir y no llegar tarde al entrenamiento, lo disfruto así, corriendo de un lado para el otro pero lo disfruto”.

Virginia: “Agradecerle a los maridos y a las abuelas. Cuando empezó el año mi hijo tenía un mes y medio porque nació en enero. En marzo le dije a mi mamá si me podía tener a los chicos porque quería jugar al hockey y ella me respondió que por favor me enganchara con el hockey. Le dije a mi mamá que si volvía a jugar era tranquilo. Si algún día el chico tiene fiebre, no voy. Mi mamá me dijo ‘ mirá Vir, ya te conozco, el día que el chico tenga fiebre me vas a decir mami tenémelo igual porque si hoy ganamos quedamos primeras’ jajaja. A Silvina le pasó eso. Dijo que se iba a turnar con su marido Andrés porque el nene juega al fútbol y que, por eso, ella iba a ir a ver un partido y el marido otro. Ni sé cómo hizo ella pero jugó todos los partidos jajaja”.

Periodista: ¿Qué las motivó para volver al espíritu competitivo?

Virginia:Yo había arreglado con mi grupo de compañeras de inferiores para jugar en una cancha pero me di cuenta que cuando no competís no es divertido. Al principio contábamos los goles y nos cargábamos un poco pero después ya es lo mismo. La verdad que la pasaba bien pero si quiero jugar al hockey, quiero competir porque es lo que me divierte y enojarme si las cosas no me salen, sino no está tan bueno (ja). Mucho más la mujer porque el hombre de por sí es competitivo pero la mujer llega un momento que empieza a prestarle atención a otras cosas y si no hay competencia es muy difícil ejercer el compromiso”.

Silvina: “En mi caso fue diferente. No arranqué pensando en competir sino en que quería jugar tranquila porque hacía siete años que no hacía nada. Entonces, arranqué y entrené hasta que Leo me empezó a decir ‘dale porque te voy a dar el alta’. Lo pateé y lo pateé hasta que un fin de semana yo quería jugar y el Club no me dio de alta. Entonces, me dio mucha bronca y me dieron más ganas de jugar. Leo discutió y hasta se metió mi marido. Al fin de semana siguiente, que fue cuando logré que me dieran el alta, fui a jugar el primer partido. Llovía, todavía no estaban los bancos de suplentes y nos tapábamos con paraguas. Lo más precario que se te podía ocurrir. Estábamos con Melisa y en un momento Leo nos dijo que entremos. Hacía mucho frío y lo único que motivaba es que era contra Pucará. En un momento nos miramos con Meli y dijimos ‘¿qué hacemos acá’’ ja. Entré, jugué y a partir de ese momento era como que tenía un bichito dormido. Si yo no hubiese entrado a la cancha probablemente seguía con la misma postura pero una vez que entré, soné. La Colo Pando arrancó y no estaba convencida. Ella no se anotaba y no se daba de alta. Un fin de semana yo no podía ir a jugar porque tenía que trabajar, la Colo jugó y le pasó lo mismo. No dejó de jugar nunca más. Cuando jugaste un partido sonaste porque te vuelve todo lo que tenías guardado adentro”.

Virginia:Yo después de haber tenido a Justino, volví a entrenar en la “A” y había arreglado que entrenaba los jueves en el nivel más alto del club pero no me podía comprometer a venir más días. Luego no venía a jugar pero disfrutaba de ver los partidos. Después, justo quede embarazada de Francisco. Pero, como dicen las chicas, me di cuenta que una vez que entrás a la cancha te cambia toda la razón por la que venís”.

Melisa:En mi caso, tenía ganas de hacer algo pero no sabía cómo entrar porque no conocía al grupo. Me convencieron para empezar a jugar con unas mamis pero vine un día y dije que ésto no es para mí. Justo vine a traer a Pilar al club y Silvina me dijo que arrancaba a entrenar con Leo los viernes. Ahí dije ‘bueno, listo, arranco’ y arranqué diciéndole a mi mamá y a mi marido que iba a venir cuando podía y la piloteaba con las nenas porque ya estoy grande ja. Después entré a la cancha y quería ganar como sea, no me importaba nada y me fui sorprendida de las veces que me tocó perder porque me fui igual de enojada que cuando tenía 18 años, cuando los árbitros me cobraban mal, me encontraba adentro de la cancha enojada peor que en otras épocas (ja).

Mariana: “Hay una anécdota con Virginia, en un partido en que le sacaron una tarjeta. Entonces, ella se sienta en el banco insultando al árbitro y gritándole ‘burra, sos una burra, no sabes nada, sos un animal’, entonces me acerco y le digo: “Vir, ¿hay necesidad?”. Ella me respondió diciendo que no podía parar, que así como a veces se te pueden mover las piernas solas a ella se le movía la boca sola jajaja”.


Periodista: ¿Qué es Lomas para cada una?

Silvina: “Mi segunda casa. Todas mis amigas de la vida y del corazón son del club. A mi marido lo conocí en el club y mis hijos viven en el club. El club es todo. No importa dónde. Hasta mirando un partido de rugby lo siento exactamente igual, es Lomas. Es mi amor, una pasión”.

Mariana: Lomas es una pasión. Es un lugar en donde yo prácticamente me crié. Vengo acá desde muy chica. Compartí un montón de cosas y conocí un montón de gente. Viví muchos momentos deportivos inolvidables. Uno trayendo al hijo acá quiere que en algún momento pueda vivir un poco de lo que a mí me dio el deporte y este club. Además, de la gente maravillosa que conocí. Es un sentimiento inexplicable”.

Melisa:En mi caso no es mi segundo hogar sino que es mi casa. Empecé a venir acá a los siete años porque mi mamá venia a jugar al tenis. Yo estaba todas las tardes y me conozco todos los rincones del club. Si no hubiese seguido jugando, hubiese venido igual. Mis hijos se criaron de la misma manera porque desde el momento en que nacieron están acá adentro. Creo que si hoy venden el club, mis hijos son parte del mobiliario porque están acá todo el día (ja). Es mi casa y nunca podría jugar en otro club. Sentí que a veces no fueron justos conmigo en un montón de cosas y me han dicho porque no haces una cosa u otra. Es muy de fútbol porque podrán pasar dirigentes y muchas cosas más pero mi sentimiento hacia los tres colores están siempre. No me importa quien esté de presidente o en la comisión, quién este entrenándome o el preparador físico. Esas cosas pasan pero tu amor por el club sigue y no se llama ni entrenador, ni preparador físico, ni dirigente que esté de turno. Yo creo que me voy a morir acá adentro”.

Virgina: “Mi caso es distinto. Yo vine al club a los 14 años. Yo jugaba en San Albano y lo quiero mucho. La verdad, es que vine por admiración a este equipo que ya era glorioso en ese momento. No pensé que podía llegar a querer al club porque vine por admiración deportiva pero la verdad es que hoy me identifico con el club y mis amigas son de acá. Lamentablemente no puedo traer a mis hijos porque mi marido es de Pucará y tengo tres varones. Igual, los traigo y quiero que conozcan y que estén acá también. No pensé que iba a llegar a tanto desde lo sentimental. Involucrarme desde la amistad con las chicas y poder ser amiga de las personas que cuando era chica admiraba. En Longchamps la recuerdo a Silvi (Mas) tirada en el piso y que le masajeaban las piernas porque estaba contracturada y ahora mis hijos comparten con los hijos de ella, juego con ella desde hace más de diez años. La verdad es que me enseñaron lo que es querer una camiseta y así sigo, no puedo dejarlo”.

Periodista: ¿Qué proyectaron para lo que sigue de Lomas D?

Mariana: “Renovamos contrato para este año 2014 las cinco!!!!! Jajaja y estuvimos tratando de buscar ‘gente nueva’ y ‘gente vieja’ que viniera a jugar”.

Silvina: “Hay un par de ex que el año pasado se quisieron sumar y por diferentes cosas no lo hicieron. Ahora, nos escucharon, nos vieron y se entusiasmaron. Lo que proyectamos la verdad es que mientras sea positivo para el club, todo viene bien. No solo para nuestro grupo. Hay muchas chicas que son buenas jugadoras y que por diferentes motivos de trabajo o estudio dejaron de jugar y  ahora se motivaron porque dejaron de jugar hace uno o dos o tres años y quieren volver a este grupo. Si al club le suma, bienvenido sea. Por supuesto, nosotras queremos lo mejor para la ‘A’, la ‘B’ y la ‘C’, para todas las líneas del club. La ‘D’ es el último equipo del club en donde hay alguna concesión más para aquellas chicas que por algún motivo no puedan entrenar. Si se suman y se pueden sumar a diferentes categorías, mejor, así todas las líneas mejoran porque no tienen que hacernos bien a nosotras, sino al club. Jugar en la ‘D’ o en la ‘C’ no nos cambia a nosotras sino que cambia a las divisiones menores y eso es lo que proyectamos”.

Melisa: “Es un poco lo que decía Silvina. Seguimos siendo el equipo ‘D’ que es el último equipo del club y nuestra prioridad es que tengamos una Primera ‘A’ que este ahí arriba y sea competitiva. El objetivo es tener un equipo ‘B’ como tuvimos en su momento súper competitivo y tener un equipo ‘C’ que ande muy bien con chicas que tengan condiciones como para jugar en la ‘A’ pero que están ahí. Nosotras que estamos en la ‘D’ y, con respecto a los ascensos, personalmente no me lo planteé y creo que se formó un grupo humano muy lindo que eso es importante a la hora de jugar. Empezamos a sumar puntos y vimos que estábamos para ascender. Por eso, también nos tocó perder los partidos importantes que eran los que realmente teníamos que ganar y nos sentíamos frustradas. Ésto se fue dando partido a partido con el broche de oro que fue el partido final. Vamos pasito a pasito como diría Mostaza jaja”.

Periodista: ¿Qué expectativas tienen para el presente torneo?

Virginia: “Queremos hacer un buen torneo. En principio me plantearía mantener la categoría pero sé que eso no me va a conformar. Si se puede ascender, mejor”.

Periodista: Ustedes saben que son “íconos viviente del club” y que tienen algo que los demás no tienen, que es el fuego sagrado. Por eso, pueden seguir jugando a los 40, a los 50 o los 90 años. Ustedes, de algún modo, se alimentaron con ese fuego sagrado. ¿Qué le dirían Ustedes a las chicas que vienen al club?

Silvina: “Creo que la temporada pasada les dijimos mucho con lo que hicimos. La final fue, sin querer, una demostración ‘a lo Lomas’, no lo des por perdido ni aún perdido. El año pasado a la línea ‘A’, que peleó en otras instancias, la final nuestra le debe haber abierto la cabeza a muchas de las chicas. Mirá que la gran mayoría de las chicas que están en la ‘A’ y la ‘B’ nos han conocido pero me parece que se perdió algo desde algún punto porque no hay quien les transmita aquél fuego sagrado. Yo les diría que sigan siempre vinculadas con un grupo con el objetivo de ganar, sin importar si te llevas bien o mal afuera de la cancha. Nosotras hemos tenido épocas en las que nos llevábamos mal una con otra pero adentro de la cancha ese problema no existía. Eso me parece que se da mucho en las generaciones de ahora.
Es algo que hoy el club tiene que cambiar. No creo que le falte calidad a las jugadoras, porque sí creo que tienen calidad pero les está faltando tener una cabeza distinta como grupo que es lo que teníamos nosotras. Se puede trabajar desde otro punto de vista, metiendo gente o haciendo algo o proponiendo algo desde el club por ahí con nosotras. Pero, les falta eso como grupo”.

Melisa: “La final nuestra fue una final con gente que terminaron sus partidos y vinieron a vernos. De repente parecía un partido de play off pero no de un ascenso de Primera E, fue un partido súper emocionante y por suerte hubo varias chicas de diferentes categorías. Lo que veo de la Primera A y lo que me llama la atención es que hay individualidades muy buenas técnicamente pero que no juegan en función de las necesidades del equipo. Eso es lo que más me llama la atención. Creo que si había algo que nos caracterizaba a nosotras como grupo es que jugábamos en función del equipo. Si había una que tenía que quedarse marcando y cumplir esa función nada más porque al equipo le sumaba eso, se bajaba la cabeza y se hacia lo que era mejor para el equipo, no había nadie que se quejara. A mí me da la sensación que al ser todas tan buenas, hay muchas que son muy buenas individualmente y poco en función de las necesidades del equipo. Eso crea quiebres y no da resultados.
El partido de ese sábado del ascenso significó todo. Nosotras íbamos dos goles abajo y creo que nos quedaban diez minutos pero me pasó algo que no había hecho y es que nunca pregunté cuánto faltaba para terminar porque estaba convencida que íbamos a ganar. Ni siquiera pregunté la hora porque estaba convencida que el partido lo íbamos a ganar. Lo bueno fue que muchas mamás de nenas del club que estuvieron viendo el partido, se fueron diciendo ‘¿chicas vieron que muchas veces cuando uno cree que todo está perdido, realmente no hay nada perdido?’ Como ejemplo estuvo muy bueno”.

Mariana: “Lo que está pasando ahora no es problema del fuego sagrado de la gente que está jugando hoy en Primera A. Me parece que ese fuego se entrena y se educa para tenerlo. Por eso, creo que la labor, hoy por hoy, es que las chicas puedan encontrarlo y eso es labor de la gente que las está educando. Creo que acá juegues como juegues, el amor que una siente por el club te lo trasmite alguien. Siempre tiene que ser ‘gente muy del club’ para que te haga amar la camiseta y no importa lo que estés jugando, porque siempre se juega para Lomas y siempre tienen que querer estar. Que no les dé lo mismo perder o ganar. Cuando son chiquitos no es tan importante pero le vas creando una conciencia de lo lindo que es ganar. Al perder también se aprende pero siempre hay que tener un objetivo más alto priorizando siempre el grupo porque es un deporte en equipo y eso sirve para el equipo. Si vos jugás en equipo, el respeto es parte fundamental. Respeto por tus entrenadores y tus compañeros. Si el entrenamiento es a las ocho y media hay que cumplir con los horarios, si tengo que jugar partido, juego el partido, no hay desfile o fiesta de quince, no hay nada. Hay que crear desde chicos el amor a lo que se hace y querer jugar al hockey más que cualquier otra cosa porque lo que te da este deporte, no te lo da nada. No hay otra sensación que te dé lo mismo. Hay muchas cosas que nos gusta hacer pero la sensación personal de estar adentro de una cancha y jugar al hockey, no te la da nada”.



Virginia:Tienen que entender lo lindo que es ganar. Hay que educar para la superación, así los chicos cuando pierden no se frustran. Tienen que tolerar esa frustración y aprender del perder y de ese resultado negativo. Hoy las chicas que juegan en la A, tienen una mochila terrible y estoy convencida que tiene que ver con la conducción. Creo que los grupos se hacen en función de la conducción. Yo aprendí lo que es la superación viniendo a este club y me sorprendí por todo lo que me pudieron transmitir. Todos los grupos pasan por las mismas situaciones. Tienen dificultades y diferencias pero cuando hay un objetivo común, todos tira para el mismo lado. Eso se educa desde chiquitos. El trabajo en inferiores es fundamental porque ahí se empieza a transmitir el fuego sagrado. Hablo de algunas jugadoras que fueron entrenadoras y que por ahí no eran las más destacadas deportivamente pero Rocío Hermida o la negra Ubertalli son jugadoras que entrenaron divisiones menores y sabían transmitir estas cosas pero que hoy no están entrenando a las divisiones menores. En los más chiquitos se tienen que transmitir los valores. Después, la técnica individual se adquiere. Lo aprendí cuando vine a este club porque era algo homogéneo que se daba en todos los equipos, incluso en partidos de Séptima División se veía que pasaba eso. No me voy a olvidar más que una vez Ariel (Holan) empezó a sacar de la cancha a jugadoras que no corrían y fuimos quedando cada vez menos, quedaban diez, quedaban nueve y dijo ‘voy a seguir sacando jugadoras hasta que no empiecen a correr, las de atrás si quieren correr menos, tienen que correr más para que vuelva su compañera adentro de la cancha’. Y así fue, ese partido se ganó. Son cosas anecdóticas pero que demuestran la ambición que uno tiene que tener. No frustrarse y aprender de las perdidas. Más que ambición es superación”.